Bailar
Una simple palabra de seis letras, y sin embargo es capaz de transmitir un millón de cosas, un millón de sentimientos. No sé qué haría yo sin el baile. Con unos pasos de baile, la música adecuada y el sentimiento preciso, se puede transmitir tu propio estado de ánimo, soltarlo todo, o abstraerse totalmente del mundo.
Pocas personas pueden sentirse así al bailar.
Supongo que yo soy una de esas personas.
Ni todas las palabras del mundo serían suficientes para descubrir lo que me produce bailar. Es una sensación extraña. Cada fibra y cada músculo de mi ser se mueve al compás de la melodia, y no puedo evitar centrar toda mi concentración en cada nota, en cada movimiento. Mi estado de ánimo se ve influenciado por el ritmo de la música y mis pies saben que paso dar a cada nota, a cada compás, sin tener que haberlo ensayado un millón de veces.
Mis brazos conocen la posición exacta al instante, sincronizándose con mis pies de una manera que solo se puede definir como algo mágico. Cada parte de mí se siente en armonía con la canción y se mueve a su ritmo sea cual sea.
Todo esto ocurre sin que mi cerebro se de cuenta de cada movimiento que realiza mi cuerpo. Sin embargo, al bailar también tengo que concentrarme en que músculos tengo que contraer, como colocar mis pies, estar estirada, respirar al compás de la música, mantener la cabeza alta, codo sostenidos... Pero me gusta.
Bailar hace que, mientras me concentro en cada parte de mi, a la vez me siento relajada, dejando que mi cuerpo se mueva al ritmo, pero tan concentrada en el baile, que el mundo a mi alrededor desaparece:
Solo existen las notas, y yo.
Siento cada nota como si formara parte de mí.
Adoro sobre todo cuando las notas provienen de un piano, y llegan hasta mis oídos poco a poco, recorriendo cada centímetro de mí, con un agradable escalofrío por toda la espalda. La melodía colapsa mis sentidos y es ahí cuando el resto del Mundo, desaparece.
El baile es capaz de relajarme y estimularme a la vez, llenarme de energía con tan solo el primer paso, un simple movimiento de mi cadera y mis manos... Al comienzo de cada ejercicio es como si un torrente de energía me recorriera de la cabeza a los pies, inundándome con esa sensación tan familiar.
Mientras bailo me siento tan bien que todos mis problemas, todas las preocupaciones, desaparecen por un momento en el que puedes dejarte llevar por las notas.
Esto no es ni la cuarta parte de lo que siento al bailar, no puedo expresar con palabras todo lo que me produce.
Y por mucho que intente explicarlo, la gente pensará que para mi es un simple hobby.
Almudena.
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